Todo puede pasar
y nada puede suceder
porque la vejez redime todo tropiezo
y aquel que me mira
supone las colinas que ha de cruzar
tanto batallar cada día
tanto doblar la rodilla
siempre la misma rutina
para estos ojos que ya no ven
para estos ojos que todo lo abarcaron
cuando sus años respiraban vida.
El tiempo es el lamento tenaz
en estos huesos porosos
encorvado destino apura
para que la parca arribe
son tantos los dolores
son tantas las restricciones
que la voluntad como bebé
entre pañales se protege
y ya no soy el roble ni el clavel
apenas el rumor de un recuerdo...
tantos vamos de viejos
en este mundo sin cuartel
solo con el cartel
"cuidado, fragilidad ".
© Lichazul ®
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